Terminada la primera semana de la Feria Internacional del Libro de Sharjah (SIBF) el balance no puede ser más favorable, según los datos surgidos de la Conferencia de Editores, celebrada como uno de los grandes acontecimientos de la muestra. De los 1.632 editores y agentes literarios asistentes, procedentes de 83 países, 546 de ellos han concluido ventas de derechos que el presidente de esta, Ahmed bin Rakkad al-Ameri, califica de históricos.
La Feria exhibe más de 15 millones de libros, de ellos 1,3 millones de títulos exclusivos. 110.000 se exhiben por primera vez en el Emirato de Sharjah. Al término de la conferencia, Al-Ameri declara a Atalayar que “se ha cumplido antes de tiempo el objetivo de convertirse no sólo en el primer punto de la industria editorial del mundo árabe sino de todo el planeta”. Lo considera una buena culminación tras haber asistido como país invitado a varias de las ferias del libro más importantes: París, Moscú, Madrid, Nueva Delhi y Sao Paulo.
Pese al aumento incontenible de la digitalización, Al-Ameri niega que el papel ceda su liderazgo como soporte principal de lectura. Recuerda que durante la conferencia de Sao Paulo de 2014 la industria editorial se inclinó por el e-book como el soporte primordial del futuro. “No ha sido así. Estamos en 2021 y cada vez más observo que los lectores, los veteranos por supuesto, pero también gran parte de los nuevos, decantan sus preferencias por el papel. El tacto y el olor de los libros creo que provocan sensaciones insustituibles”. No obstante él mismo matiza que, por el contrario, habrá una explosión en la producción de audiolibros, sistema que a su juicio está cada vez más en auge ante el ritmo vertiginoso que ha tomado la actividad de los seres humanos.
Un idioma configurado en gran parte por el árabe
En la entrevista expresa una satisfacción especial respecto de España, y desgrana como una letanía un torrente de palabras españolas que tienen su raíz en el árabe, y afirma categórico que el 30% de nuestro idioma ha bebido en las “caudalosas fuentes del árabe, un idioma que tiene 12.350.000 palabras, lo que le convierten en el más rico del mundo”.
Entre sus objetivos inmediatos se halla precisamente una difusión universal de la lengua árabe: “Creo firmemente que eventos como este ayudan mucho a que los ciudadanos occidentales se interesen por nuestros autores, conozcan mejor nuestra cultura y profundicen en el intercambio de ideas”. Hace suyas las palabras que el emir de Sharjah, Sultan bin Muhammad al-Qasimi, dirige a todos los políticos y líderes que le visitan: “Construir sociedades y civilizaciones robustas solo puede hacerse a través del conocimiento y de los libros”. Es por ello por lo que una de las metas que se propone Al-Ameri es impulsar la enseñanza del árabe en todo el mundo, construyendo su propio modelo, que tomaría no obstante elementos de instituciones como el British Council, los Institutos Cervantes y Goethe o la Alliance Française.
Queda aún otra semana que se presume al menos igual de intensa que la primera en esta Feria Internacional del Libro, por la que ya han desfilado 83 grandes autores, entre ellos el último Premio Nobel, de 22 países. Y que cuenta culminar la celebración de más de mil actividades culturales, 440 conferencias y debates literarios, y sobre todo 355 talleres dedicados a los niños, “el futuro de la cultura y de la civilización”, en palabras que quieren ser concluyentes del presidente ejecutivo de esta muestra.