Ninguna mujer ha puesto su pie en la luna… todavía, pero todo se andará o se pisará, en breve. La NASA afirma que para el año 2024 enviará a una mujer al satélite de la tierra.
El próximo 21 de Julio se cumplen 50 años desde que Neil Alden Armstrong en la misión del Apolo XI pisara por primera vez la luna, un viaje histórico que no solo fue cosa de hombres.
Katherine Johnson, fue una de esas mujeres. Trabajaba en la NASA como matemática, y fue la responsable de llevar a cabo los cálculos para sincronizar el módulo de aterrizaje —el Eagle— con el módulo de mando —el Columbia. Esos cálculos, tan precisos, llevaron a que el Apolo 11 consumara su misión. Seguramente si han visto la película Figuras Ocultas recordaran como Katherine Johnson fue la autora de los cálculos que llevaron a John Glenn a ser el primer norteamericano que hiciera un viaje alrededor de la órbita terrestre.
Pero hubo más mujeres tras el Apolo 11: Margaret Hamilton, la diseñadora del software que hizo posible que el modulo lunar tocara la superficie de la luna. Era matemática y estudiante de informática, por entonces, pero por cuenta propia, ya que en 1969 la informática no era una disciplina que se pudiera estudiar en ninguna universidad. Margaret tenía treinta y dos años cuando desarrolló el software del Apolo 11, realizando un trabajo minucioso y preciso, generando montones de simulaciones con todas las situaciones que ellas pensó que podían suceder en el alunizaje. Ese rigor salvo a la misión lunar del fracaso. Un error en el interruptor del radar sucedió justo tres minutos antes de que el Eagle se posara sobre la faz de la luna, un torrente de datos bloqueo el ordenador, pero Margaret Hamilton ya había previsto una situación como esta, elimino los datos superfluos y la nave se posó sin más problemas sobre nuestro satélite. Sepan ustedes que cuando mencionan una y otra vez el termino ingeniera de software, se lo deben a esta mujer que fue quien además de posibilitar la llegada del hombre a la luna, creo este término, que hasta entonces no existía.
Con gran sentido del humor cuenta cómo se enrolo en la misión: “Vi un anuncio del MIT en el periódico que pedía ingenieros de sistemas y software para enviar hombres a la Luna. Y pensé que era una buena idea enviar a unos cuantos que conocía bien lejos”.
Como en otros muchos casos el trabajo de las mujeres no se ha tenido en cuenta o se ha olvidado. También, en la llegada del hombre a la luna. Ahora cuando se conmemoran los 50 años de esta aventura, no estaría nada mal, rehabilitar su sitio en la misión, y dejar claro que ellas… también estuvieron allí. Son las doce del mediodía. No llueve en Pozuelo y la temperatura exterior es de 28 grados.
Por supuesto que, si las mujeres quieren, pueden. Conozco muchas que así lo han demostrado y demuestran desde hace muchos años. Incluso en condiciones muy adversas tienen mayor capacidad de superarlas que los hombres. La cuestión es: ¿quieren de verdad jugar otro papel más allá del personal o doméstico? En muchos casos ellas mismas se cierran las puertas a cualquier actividad ajena a lo que consideran «su» papel en la sociedad que, como muchos hombres, a veces es banal y superficial más atentos a su apariencia externa que al crecimiento interior. Una verdadera lástima ese contraste entre las que no precisan «tutelas» paternalistas para ser lo que quieren ser y quienes se instalan en tales tutelas para vivir de ellas. Un saludo.