Ha llegado un nuevo 8 de marzo y, un año más, Casa África se empeña en contribuir a las reivindicaciones de mujeres y hombres y a la celebración de esta fecha desde el reconocimiento a las africanas que nos inspiran. Este año, con el añadido de que, a través de hashtags como #vocesfemeninas y #tendiendopuentes, hemos decidido lanzar una campaña en redes sociales en la que se reconozca a mujeres africanas y españolas que son referentes para nuestra labor y que trabajan, incansablemente, en reforzar las relaciones hispanoafricanas y mejorar el mundo.
El 8 de marzo sirve para recordarnos todo lo que queda por hacer en nuestras sociedades, pero también para felicitarnos por todo lo que hemos avanzado, aprendido y para practicar la ciudadanía “glocal”, es decir pensando en lo global pero actuando a nivel local.
El que vivimos es un momento para persistir en apuntalarnos hombres y mujeres para crear una sociedad mejor, para establecer redes de solidaridad y aprendizaje mutuo que traspasen las fronteras y para lograr que comunidades, colectivos y territorios sean más resilientes, justos y fuertes. Estoy convencido, tras haber conocido su papel y su trabajo, que en todas estas aspiraciones el papel de las africanas es central.
Creo que todos estos deseos y metas, esta línea de trabajo que nos imponemos, son especialmente pertinentes en un momento en que, medio atravesada una pandemia que deja nuestros corazones y sociedades tocados, nos vemos inmersos en una nueva espiral de incertidumbre. No olvidemos que la guerra en Ucrania ha lanzado a miles de mujeres y niños a las carreteras europeas y que las pateras y cayucos que llegan a nuestra tierra se llenan también de mujeres y niños. Opino que la realidad actual, belicosa y sufriente, nos llama a una revisión de nuestros valores y líneas de acción, en la que las mujeres deben tener una posición central y guiarnos.
El año pasado me refería a la política exterior feminista que anunciaba la entonces ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación española, Arancha González Laya, y que hoy recoge, refuerza e impulsa su sucesor en el puesto, José Manuel Albares. Casa África sigue formando parte de la acción exterior española en África y, por tanto, es feminista en su composición y acción. Igual que se cita a la popular feminista y escritora ghanesa Ama Ata Aidoo, que anuncia orgullosamente que las africanas eran feministas antes del feminismo, puedo afirmar con ese mismo orgullo que Casa África era feminista antes de esa política exterior feminista y que se suma a ella desde el convencimiento y la práctica reiterada.
Desde su creación, Casa África ha hecho de la paridad una bandera y se ha arrogado la misión de visibilizar a las africanas ya sea con iniciativas puntuales, como el programa que desplegamos cada mes de marzo, como con el trabajo diario. Es una labor que tratamos de hacer de forma constante, como privilegiando a autoras africanas en nuestro club de lectura (también mayoritariamente femenino y que lleva nuestra compañera y escritora Ángeles Jurado) y nuestras campañas online. Incluimos a expertas africanas como respuesta a las consultas que nos llegan de medios de comunicación e instituciones, estrechamos relaciones con colectivos como la Asociación de Mujeres Africanas en Canarias y trabajamos en iniciativas de formación dirigidas a ellas y en comunión con mujeres españolas a través de asociaciones con Puertos de Las Palmas o la Fundación Mujeres por África.
Si nos siguen en redes sociales, habrán observado durante esta semana que hemos publicado, cada día, los perfiles de dos mujeres, etiquetados con los hashtags que mencionaba al principio de este artículo y dando paso a vídeos y contenidos de nuestra web que nos sirven para conocerlas mejor. Además de celebrar a estas mujeres, también hemos decidido publicar un texto de un especialista en redes y movimientos sociales, el periodista Carlos Bajo, que examina la importancia del entorno digital para la acción de las feministas africanas.
Como les acabo de decir al principio de este artículo, nuestra meta es poner en valor el papel de las africanas en diferentes ámbitos, como las redes sociales, la literatura, la narración oral, la ciencia, el activismo o el periodismo, compartiendo protagonismo con mujeres que, desde la orilla española, trabajan también para que miremos hacia África, para que aprendamos y crezcamos con el conocimiento y el empoderamiento de las africanas.
Les puedo decir, orgullosamente, que son mujeres con las que continuamente colaboramos y que desempeñan su labor con el mismo afán que nosotros y que este artículo: dar a conocer y reivindicar el papel de las mujeres en nuestras sociedades. No son personas con las que contemos puntualmente, en este mes de marzo, sino amigas y cómplices, expertas en diferentes dominios, con las que trabajamos durante todo el año.
Por todos esos motivos, me gustaría dedicar este texto a esas mujeres a las que homenajeamos y que siguen la estela de las que participaron en la campaña del año pasado, #vocesfemeninasCA, entre las que contamos con grandes referentes de cultura, pensamiento o periodismo, como Mona Eltahawy, Chimamanda Ngozi Adichie, Ken Bugul, Tania Adam…
En esta ocasión, optamos por comenzar la campaña con dos personas que se dedican a la literatura: Sonia Fernández Quincoces, responsable del blog Literáfricas, y Trifonia Melibea Obono, escritora, activista y académica ecuatoguineana. Melibea Obono protagoniza un vídeo que hemos compartido en estos días y en el que habla de feminismo y literatura, además de leer un fragmento de “La albina del dinero”, novela que firma y que hemos publicado. Sonia Fernández es una habitual en nuestras actividades de letras africanas, donde pone a nuestro servicio su profundo y extenso conocimiento de literaturas africanas y abre ventanas y puertas al conocimiento.
En lo que se refiere a la capital tradición oral, optamos por divulgar una sesión de cuentos de Ana Griott y acompañarla con otro referente en esta materia, Agnès Agboton, beninesa a la que tenemos la suerte de contar entre nuestros vecinos, puesto que vive en España y se expresa en nuestro idioma desde hace años. En el territorio de la ciencia y la tecnología, nos decidimos por una gran amiga, María Teresa Fernández de la Vega, responsable de que científicas, sanitarias y expertas africanas puedan formarse y empoderarse a través de diferentes becas, programas e iniciativas. Una de esas africanas es la senegalesa Lala Kounta, licenciada en Física y única doctora en oceanografía de su país, al que acaba de regresar tras medio año investigando en la PLOCAN, una institución puntera que aprendió también de ella y con la que continuará colaborando para luchar contra el cambio climático.
Quisimos incluir en nuestra campaña a la juventud que se organiza desde la sociedad civil y que cambia el mundo, centrándonos en dos colaboradoras muy especiales, Viviane Ogou y Ekua Mbrah Inkoom. Viviane es afroespañola y participó en la última cumbre UE-UA, mientras que la institución que dirijo disfrutó de la presencia de Ekua, ghanesa que hizo sus prácticas con nosotros, durante unos (demasiado) cortos meses. Ambas dan forma al futuro y trabajan por cambiar el presente, enorgulleciéndonos con su preparación, su motivación y su fuerza. Finalmente, cerramos la campaña con periodistas: la ugandesa Rosebell Kagumire y otra cómplice habitual, Lola Huete, responsable de Planeta Futuro en El País y una firma ya clásica en lo que se refiere a temas africanos. Seguimos a estas dos profesionales con interés y cariño desde hace años, aprendiendo de su trabajo y mejorando gracias a ellas también, día a día.
Mi deseo al firmar este texto es que les sirva para conocer y reconocer a todas estas mujeres, africanas y españolas, con las que tenemos la suerte de trabajar. Habré logrado mi objetivo con él si puedo interesar a mis conciudadanos en su trabajo. Tenemos la inmensa fortuna de poder reunir a mujeres potentes como estas, crecer gracias a ellas y trabajar en un futuro mejor, necesariamente feminista.