“Hay que acabar con los prejuicios que impiden a la inmensa mayoría de las mujeres africanas tener autonomía económica, situación que lastra de paso el inmenso potencial de estas mujeres para contribuir al desarrollo de su propio país y del continente”, manifestaba una pequeña empresaria de Guinea Conakry, secundada por otras de Costa de Marfil y de Gambia, en el debate de cierre del I Foro de Negocios celebrado en Nuakchot, la capital de Mauritania.
Ha sido sin duda el más intenso de los desarrollados a lo largo de tres días, y en los que han participado hasta medio millar de inversores, empresarios, banqueros y periodistas, junto con dirigentes y representantes del sector público de una quincena de países, incluyendo a los europeos Francia y España.
Las mujeres, prácticamente un 25% de los asistentes, han exigido todos los apoyos transfronterizos para sostener su lucha por la igualdad de derechos, especialmente la que tiene por meta la conquista de su propia autonomía financiera, condición básica para que las más arriesgadas e imaginativas se hagan empresarias y contribuyan así a impulsar no solo la propia economía familiar sino también el desarrollo y la transformación social de sus países.
Junto con los debates y presentaciones teóricas, los asistentes han tenido oportunidad de visitar in situ los espacios y lugares en los que el Gobierno de Mauritania contempla que puedan convertirse en importantes polos de negocios, y, por consiguiente, de empleo también para los nativos del país.
Entre estos lugares figura el hasta ahora pequeño puerto de pescadores de Tanit, situado a 70 kilómetros al norte de la capital, llamado a convertirse en una gran lonja, en la que se desembarque y transformen gran parte al menos de los inmensos recursos pesqueros del país, explotados ahora principalmente por España y desde más recientemente por China. Tanit está llamado, pues, a sustituir el limitado paisaje de sus barcos de pesca artesanal por el de los grandes almacenes para congelación e industria conservera.
La ganadería constituye otro polo agroindustrial prometedor. La aspiración es sustituir en el menor plazo posible de tiempo los pequeños mataderos de aldeas, barrios o incluso locales por complejos industriales que canalicen el sacrificio, transformación y comercialización en las mejores condiciones, y en todos sus derivados, de la gran cabaña mauritana, compuesta actualmente por 3,5 millones de cabezas de ganado bovino, 2,1 millones de camélidos, y más de un millón de cabezas de ovino y caprino, suficientemente numerosa para abastecer no solo el consumo interno de los 4,5 millones de mauritanos sino también para exportar a sus países vecinos.
Eso implica, asimismo, modernización de una incipiente flota de transporte de camiones refrigerados, lo que conlleva de paso la construcción y modernización de la muy mejorable red viaria.
Los organizadores de este I Foro de Negocios, la Red Internacional de Periodistas Árabes y Africanos (RIJAA, por sus siglas en francés), creen haber alcanzado los objetivos que se habían propuesto: facilitar por vía práctica de contactos que los inversores extranjeros fijen su mirada en toda la región y, en particular en Mauritania. El presidente del Parlamento, Mohamed Ould Meguet, que recibió a una delegación de los ponentes al término de las sesiones, manifestó su satisfacción por haber mostrado a través de esta iniciativa “un país que es el eslabón occidental entre el África negra y la árabe, razón entre muchas otras para servir de plataforma de contacto, desarrollo y progreso para ambas”.
Meguet, segunda autoridad del Estado de Mauritania tras el presidente Ghazouani, se mostró convencido en que esta iniciativa y las que le sigan y secunden ha de dar respuesta a las esperanzas de la juventud africana: 400 millones de personas de entre 15 y 35 años, que aspiran y precisan de otros horizontes que no sean los de la emigración forzosa e ilegal a Europa.