“La solución más radical es la paz, pero ¿cómo podemos conseguirla y que judíos y palestinos podamos vivir unos al lado de otros? Desde luego matar no es el camino, pero en cualquier caso no tenemos derecho a no tener esperanza”. Así se expresa en entrevista a Atalayar la cineasta Kineret Hay-Gillor (1979), venida expresamente a Madrid para presentar en el Centro Sefarad-Israel su última obra, un cortometraje documental, “Tattoed4life” (Tatuados de por Vida), en el que narra la historia de una de las supervivientes del ataque terrorista de Hamás el 7 de octubre de 2023.
La protagonista es Liraz Uliel, que aquella noche perdió todo lo que amaba: su pareja, sus amigos, sus sueños… Todos murieron en la masacre indiscriminada contra los que asistían al festival NOVA por la paz, un lema que entonces, y mucho más ahora, un año después, suena a triste ironía.
Liraz se encarga a sí misma una misión: crear un tatuaje fractal, que inmortalice a las 364 personas asistentes al festival que murieron aquella noche, parte de las 1.200 que perecieron y de las más de 3.300 que resultaron heridas en diversos grados en aquel pogromo.
El fractal, invención del matemático francés Benoît Mandelbrot, es un objeto geométrico en el que una misma estructura, fragmentada o aparentemente irregular, se repite a diferentes escalas y tamaños. “Liraz me contó su proyecto cuando ella misma ya lo tenía en marcha”, dice Kineret, que añade: “Me pareció original y distinto, de forma que me uní a ello sin pensármelo”.
¿Le movió para ello algo más que lo meramente cinematográfico?
Me sentí de inmediato parte de algo, de una misión que merecía la pena glosar y difundir. También me di cuenta de que este film iba a ser distinto. Nada qué ver con la cadencia y ritmo de mi filmografía anterior. Habría que trabajar rápido y bien para alumbrar la obra lo antes posible, y que todas las piezas encajaran en su sitio: guion, producción, filmación y edición. Ese testimonio no podía esperar mucho tiempo a ver la luz perfectamente completado.
¿Hasta dónde llegó su implicación en el guion y realización del documental?
Hasta el fondo. Era y soy una ciudadana israelí, era evidente que había que contribuir a dar testimonio de lo que muchos ciudadanos habían vivido, ayudando a reafirmar el derecho de Israel a existir.
¿Liraz Uliel es más que la protagonista de la historia?
Es ella la que encuentra a muchas personas que comparten su dolor y su pasión, tanto que los tatúa con fragmentos del fractal, cada uno de los cuales cuenta una historia de pérdida, miedo, fe, amor y esperanza. Y ella misma, a medida que conecta los puntos también se reconecta consigo misma, de manera que encuentra el coraje para afrontar el bien que hizo aquella noche y la esperanza después de tanta negrura.
Todavía queda un centenar de rehenes en manos de Hamás…
Sí. Los queremos de vuelta a casa. Sus familias, pero también sus amigos más próximos y la ciudadanía en general han derramado muchas lágrimas. Pero, no podemos flaquear, hemos de creer en el mañana, y tras el llanto no queda más remedio que levantarse.
Esta parece ser la primera etapa de presentación de su documental. ¿Va a hacerlo en otras capitales? ¿No teme que la polarización acentuada a causa de esta guerra disminuya el interés?
Desde luego creo que se difundirá entre todas las comunidades judías que hay en el mundo, y especialmente en Estados Unidos y el Reino Unido. En cuanto a la polarización, puede que exista un cansancio respecto de la situación en Oriente Medio, pero imagino que el mayor hartazgo de la humanidad es con el terror, y este es un ejemplo de que siempre nos puede sorprender un episodio peor de lo que imaginamos.
Liraz habla mientras teje sus historias en la piel de las personas que han querido portarlas para siempre. Cada línea de tinta se convierte así en un hilo de curación, uniendo las heridas dejadas en aquella tragedia. Y, al decir de algunos de los espectadores que acuden al visionado del documental, somos testigos del poder transformador del arte, ya que las creaciones de Liraz sirven como monumentos y símbolos de resiliencia. Su tapiz de tinta se convierte en un testimonio de un espíritu humano indomable.
Kineret Hay-Gillor pergeña ya otro documental. Antes, asegura que no desdeñará acudir a donde la llamen para difundir y promocionar esta película, que ya se une a una filmografía reconocida en festivales cinematográficos de todo el mundo: “How much love”; “All that remains”; “Shockwaves”; “Alone together”; “My Holiday Home” y “Past Continuous” componen sus grandes éxitos. Este último lo realizó en Australia, en donde vivía hace unos años y en donde conoció a una pareja extraordinaria que dice le cautivó, y que supuso no solo su reconocimiento fílmico, sino también su gran utilidad para educar sobre la diversidad y la inclusión, al transmitir un mensaje de seguridad en el lugar de trabajo para todos.