Pronósticos del tiempo

Pronósticos del tiempo
Juan Laguna
Por
— P U B L I C I D A D —

Nunca se me había ocurrido mirar la “información” que el dispositivo telefónico tiene como un “servicio” a los ya aburridos (por la manipulación) ciudadanos inermes que todo lo creen.

Desde que alguien empezó a decir estupideces sobre los cambios climáticos que ha experimentado el planeta Tierra desde su formación hace más de 3.500 millones de años, empezaron a tomar proyección los/las llamados “hombres y mujeres del tiempo”. En algunos casos haciendo su propio y lucrativo negocio que facturar a las cadenas de TV.

Pues bien, hoy me ha saltado en el panel de noticias una que me ha llamado poderosamente la atención: “La AEMET habla claro de lo que llega. Nos espera un cambio importante a partir de este día que debemos tener en cuenta y que quizás no esperaríamos…”  La redactora de la información en un periódico digital continúa: “Es el momento de empezar a hacer planes para despedir un año 2024 que será recordado como una especie de novedad destacada que habrá que empezar a dejar atrás”. 

Con el corazón encogido por las advertencias meteorológicas sin contenido real tras un montón de “paja” literaria para rellenar espacio, llego por fin al final del artículo tras frases como “llega un destacado cambio que nos afectará de lleno de cara a los próximos días… Una situación de relativa inestabilidad que ha acabado siendo la que nos ha lanzado hacia una serie de detalles que serán los que debemos empezar a planificar… Lo que llega podria convertirse en un destacado cambio de ciclo que se traducirá en novedades destacadas que serán de la forma que deben ser claves…”  Fin de la cita para no aburrir al lector que se quedará con la boca abierta ante estor presagios estúpidos, mal redactados, que utilizan el lenguaje apocalíptico habitual, para acabar con un simple “parto de los montes: “lo más probable es que continúe el anticiclón abarcando la península y Baleares, con Canarias en el borde sudoeste, de modo que los cielos estarán poco nubosos en general, con intervalos de nubes bajas… etc. etc.”  Al final parió un ratón y nuestro corazón se tranquilizó. Volvimos a recoger el equipaje ya preparado por los malos augurios y nos relajamos con una “00”.

Lo que ignoramos es quién o quienes han aportado tal mesiánico mensaje y con qué intenciones. Lo que es seguro que no ha salido de ningún científico que se precie y menos aún de una institución que, de haber sido, habría quedado en muy mal lugar ante el mundo de la Ciencia. Nadie puede arriesgar su reputación con tales tonterías, además mal escritas, salvo quienes no tienen ninguna.

Y es que las redes se han llenado de supuestos profetas climáticos de la nueva religión de la “calentología” (hoy en caída libre), agarrados todos ellos a las mamas del dinero en forma de subvenciones, becas, promociones personales y particulares, etc. que, desde los exhaustos bolsillos de los contribuyentes, pasan a pagar servicios de propaganda pontificial que estafan a quienes se prestan a escuchar tales lindezas.

Mismo día y misma vía “informativa”, aparecen los nombres de los más conspicuos representantes del gremio en titulares: “Es inminente el anuncio de fulano que confirma el cambio radical… La AEMET y el mismo fulano alertan de un giro inesperado…”  Las fechas de los pronósticos van cambiando como es natural cuando el clima se mueve con leyes ajenas a las estrambóticas del clima surgidas de quienes pretenden jugar a ser dioses.

Nombres y más nombres surgidos del mundo de la comunicación, se unen para mantener asustados a los ciudadanos del mundo, pensando que tratan con imbéciles. Se olvidan que todavía quedan muchos del “plan antiguo”, con un amplio, serio y riguroso conocimiento de las ciencias, que desde sus poltronas o sus jubilaciones se parten de risa con tales pronósticos si no fueran tan graves las afirmaciones al servicio del dinero.

En unos casos se afirman “crisis” que sólo caben y salen de programas previos informáticos preparados al efecto. A mitad del siglo pasado las teorías malthusianas sobre crecimiento exponencial de la población, fueron acogidas por el Club de Roma y el M.I.T. estadounidense, sobre errores de proyección que preveían la falta de alimentos en el mundo para la década de los 80. Error.

Más tarde, una visión pretendidamente ecológica surgida de los “partys” americanos, supo vender la crisis del planeta a través de una niña (hoy desaparecida) y un sistema de propaganda dogmática que pronosticaba para el año 2010 la inundación de ciudades y zonas costeras por la subida de 5 cms. del nivel de los océanos (se olvidaron de las mareas con subidas de nivel de más de 20 cms. que se producen varias veces al día). Se afirmó que el Artico se derretía, olvidando el efecto de las corrientes marítimas cálidas (como la del Golfo) vienen realizando desde hace cientos de miles de años. Se sacó a los osos polares a la palestra, buscando el ejemplar más desnutrido, olvidando que a pocos pasos el resto de los osos polares seguían manteniéndose en perfectas condiciones físicas. Se habló de la selva del Amazonas, pulmón que oxigena gracias al CO2 la vida del planeta, para acabar con la contaminación del efecto “invernadero”, olvidando que el CO2 atmosférico procede en su mayor parte de los océanos y de los procesos biológicos producidos en el mar.

Un trabajo enorme que sólo puede dar rédito comprando dictámenes, medios de comunicación y publicidad. En el caso que nos ocupa instituciones que estén predispuestas a llenar sus bolsillos para servir a quien paga y supuestos científicos que han olvidado que la Ciencia no es una religión (menos un dogma como se pretende) sino un debate permanente en busca de la verdad.

El dinero doblega voluntades. Hace crecer en el “vientre de alquiler” de la Ciencia, las criaturas más variopintas y las investigaciones aparentes que deben ser regadas a costa de los impuestos. De ahí la constante y permanente alarma sobre cualquier cosa, dicha o escrita en forma tan surrealista que no comprometa demasiado: “una ola de frío polar cruzará la península de cara a fin de año con tormentas, huracanes, etc. “. Un par de grados de diferencia en las mínimas y ya tenemos “crisis climática no habitual”. ¿Desde cuando todos los fenómenos climáticos se ajustan a un canon preestablecido?

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