La Paleoclimatología es la ciencia que estudia los testimonios referentes al clima existente en nuestro planeta desde su formación y posterior enfriamiento a través de los tiempos o épocas geológicas. Para ello analiza los restos geomorfológicos existentes en formaciones como las morrenas (climas fríos o glaciales) o depósitos continentales que contienen plantas, turba o carbón, propios de climas húmedos o templados. El ritmo climatológico se refleja en la sedimentación de estratos (varves), en el crecimiento de tejidos orgánicos (como cortezas de árboles y escamas de los peces), en sedimentos marinos profundos, etc. etc.
La evolución del clima a lo largo de los tiempos geológicos (nada que ver en sus magnitudes con los “tiempos” actuales) se ha trastocado constantemente en la historia de la Tierra, oscilando entre épocas cálidas y frías, señalándose como causas naturales las variaciones de los factores climatológicos solares (actividad solar) y variaciones de los factores climatológicos terrestres en función del los movimientos del planeta (rotación y traslación) y los fenómenos de deriva continental, así como la propia formación de los continentes, la tectónica y la orogenia y las transgresiones y regresiones marinas.
Sólo conociendo estas circunstancias podemos entender que los seres humanos actuales, pertenecientes a una escala evolutiva de adaptación en cada momento al medio en que nos ha tocado vivir, somos unos más de la inmensa diversidad biológica sobre la corteza terrestre (sobre todo medido en tiempos geológicos) y que los escasos años que tiene nuestro proceso vital, no son nada comparado con las grandes magnitudes de la vida del Tierra (por muy “avanzados” que nos creamos). Lo que sí viene ocurriendo es la pretensión por parte de algunos con ínfulas superiores de ser dueños del Cosmos y de la Naturaleza. Por esa razón parece oportuno echar un vistazo a lo que ocurrió en el clima terrestre desde sus comienzos según la Ciencia (Roland Brinkmann.- “Abriss der Geologie”).
A partir del enfriamiento del planeta, el llamado “Precámbrico” (hace unos 3.000 millones de años) con sus dos períodos (Arcaico y Algonquino) “tuvo un clima no muy distinto del actual, lo que se confirma por la existencia de los glaciares, con un profundo cambio de estaciones del año”.
El “Cámbrico” por su parte (hace unos 600 millones de años) que se encuentra ya muy definido en sus tramos (inferior, medio y superior), parece que mantuvo “el clima húmedo y templado de su antecesor tras el período glaciar del Infracámbrico, lo que se demuestra por la existencia de arqueociátidos que vivían en mares cálidos. Los sedimentos de evaporación demuestran un aumento de temperatura”.
El “Ordovícico” (hace unos 400 millones de años) se presenta con “un clima suave, uniforme, con temperaturas lentamente ascendentes. Esta elevación de temperaturas ocasionó la difusión y evolución de los corales”.
Por su parte en el “Silúrico” (hace unos 350 millones de años), “la curva de temperatura continuó la ascensión iniciada en el período anterior, llegando al máximo en sus finales, lo que permitió el aumento de sedimentos carbonatados, extendiéndose los arrecifes de coral. Hacia su final el clima va haciéndose más seco.”
El “Devónico” (hace unos 300 millones de años) con sus correspondientes tramos (inferior, medio y superior) “los animales y las plantas se adaptan a la vida terrestre, con un clima que experimentó una creciente mejoría tras una primera época glacial en sus comienzos y una baja temperatura del agua”
El “Carbonífero” (hace unos 250 millones de años) contiene la mayor parte de los yacimientos de hulla de la Tierra, ya que al final del Paleozoico la formación de carbón se extendió desde el Artico hacia el sur del hemisferio norte donde existen las mayores reservas. Sus causas son de orden biológico como climático y tectónico, en que debió reinar en casi toda la Tierra un clima uniforme, húmedo y templado que, en algunos tramos más modernos presenta una creciente sequía. Por su temperatura tiene una cierta semejanza entre la selva tropical y los bosques hulleros, con variedad y exuberancia de especies que sólo puede concebirse bajo un clima cálido”.
Sobre el clima del “Pérmico” (hace unos 200 millones de años) hay contradicciones, ya que “los sedimentos, sobre todo los del hemisferio norte, reflejan un clima templado y hasta cálido, cada vez más seco, pero por otro lado tenemos las huellas de un período glacial permo-carbonífero en el hemisferio sur (parte central y meridional africana, Sudamérica, Indostán y Australia, donde las zonas glaciares alcanzan más de 1000 kms. de longitud y los sedimentos de origen glaciar alcanzan más de 700 metros de espesor. No se trata de glaciares aislados de montaña, sino de un auténtico inlandeis a poca altura sobre el nivel del mar. Este período glacial fue después del Pleistoceno el mayor de la historia de la Tierra. En esa época los continentes australes estaban junto a un polo al sur del Atlántico”.
En el “Triásico” (hace unos 100 millones de años) “desaparecen los violentos contrastes climáticos ocasionados anteriormente y se inicia una época de climas uniformes semiáridos, con ocasionales períodos húmedos o secos, que dura hasta el fin del Mesozoico, aunque hubo diferencias estacionales y regionales, con mares templados (Trías medio)”
En el período “Jurásico” (hace unos 150 millones de años) “la creciente temperatura del mar se hace manifiesta, acompañada de un ambiente seco en tierra firme”
Durante el “Cretácico” (hace unos 100 millones de años) “fue ascendiendo la temperatura y disminuyendo la humedad atmosférica, un clima subtropical con una clara división por zonas con indicios de temperaturas relativamente frías y una nítida alternancia de estaciones a lo largo del año”.
Los cambios de la cobertura vegetal y la meteorización “son indicios de las variaciones del clima durante el “Terciario” (hace unos 50 millones de años) . Tras la época más fría del Paleoceno, se alcanzaron durante el Eoceno temperaturas casi tropicales, a lo que siguió una progresiva caída de temperatura sujeta a oscilaciones que se mantuvo en el Cuaternario.
Por último el “Cuaternario” (que dura hasta nuestros días) se dieron las glaciaciones o períodos glaciares de todos conocidos, con sus correspondientes interglaciares o períodos pluviales en las zonas correspondientes. “Es decir, una alternancia de épocas frías y templadas, cuya distribución geográfica ha variado en función de los movimientos del planeta (tanto alrededor de su eje como en la elíptica alrededor del Sol con las oscilaciones de temperatura correspondientes.
Como vemos, la Tierra sigue su vida a pesar de la manipulación política del “cambio climático”. Se trata de confundir verdades (los continuos cambios climáticos en la Tierra) con alarmantes falsedades: la “lucha contra el cambio climático”, mostrando hasta donde puede llegar la necedad de una parte, la manipulación interesada y -desde luego- los riesgos nacidos de experimentos fútiles para dominar a los elementos de la Naturaleza (como la meteorología con las llamadas “siembras glaciogénicas) y la petulancia tecnológica de que se presume. No digamos a nivel planetario. Eso sí, se trata de pura y dura economía e intereses particulares a costa de los impuestos.