Mulleres Cristiás Galegas, es una asociación de feministas católicas, compuesta por mujeres de varias profesiones y con edades que van desde los 84 a los 24 años. Marisa Vidal Collazo —ingeniera química— concedió esta tele-entrevista a EL MENTOR.
—Señora Vidal: ustedes se definen, ante todo, como cristianas; o sea, católicas. ¿Lo suyo no es una ruptura —un cisma— contra Roma?
—¡Para nada! Somos católicas, apostólicas y romanas; como las más de 1.300 millones de personas católicas que hay en el mundo.
—¿Cómo, dónde y cuándo nació su movimiento?
—La Asociación nació en el Monasterio cisterciense de Santa María de Armenteira, en marzo de 1996. Nos registramos como asociación dos años después, en 1998, en el que quedamos incorporadas al Rexistro Central de Asociacións de Galicia.
—Son cristianas y gallegas. ¿La iniciativa se limita sólo a Galicia o está presente en toda España?
—Nuestra Asociación es de ámbito gallego, pero compartimos ideario y objetivos con otras asociaciones de mujeres en el resto del Estado. Formamos parte de la “Revuelta de Mujeres en la Iglesia”, que aglutina a diferentes colectivos de mujeres del ámbito estatal.
—Están por la plena participación de la mujer en la Iglesia, no como algo complementario. ¿Reivindican el sacerdocio femenino, el Episcopado y hasta una mujer Papa?
—Reivindicamos la igualdad, si, y que la Iglesia deje de ser patriarcal y jerárquica. Que recupere su estructura comunitaria y de servicio, que sea madre que cuida y acompaña, aconseja y alienta. La jerarquía es una estructura de poder, y el poder redunda en abusos, como se está viendo.
—En la misma línea y dado que ustedes reivindican la presencia en la Iglesia de personas con diferentes orientaciones de género: ¿sacerdocio, Episcopado y hasta Papado homosexual o de lesbianas?
—¿Podría haber un Papa negro? Es la misma pregunta. La Declaración de los DD.HH. es bien clara: “sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición”.
—¿Qué o quién fue Exeria, lo que da nombre a su movimiento?
—Exeria fue una mujer de Gallaecia que en el siglo IV (381-385). Realizó una peregrinación a Tierra Santa para ver y pisar los lugares bíblicos que conocía por sus lecturas. Escribió un cuaderno de viaje en el que, con mucho afecto, contaba su periplo a sus amigas y compañeras.
—También se definen como feministas; católicas, por supuesto. ¿No cree que en el feminismo hay mucho extremismo?
—No. El feminismo busca la igualdad entre hombres y mujeres a todos los niveles. No es extremista por definición. Es un movimiento social que soporta una gran oposición difamante. A lo largo de su historia se puede ver un exagerado interés en hacerlo fracasar, pero aquí seguimos.
—Las feministas, en general: ¿qué opinan de ustedes?
—Nos acogen como hermanas. El feminismo es un movimiento social muy diverso, en el que convivimos muchas formas diferentes de entender la sociedad. Por eso se habla en plural, de feminismos. No hay un único feminismo. También el patriarcado tiene muchas formas.
—¿Cómo son sus relaciones con los partidos políticos?
—Nosotras no tenemos relación con ningún partido político. Sí las tenemos con las instituciones sociales y culturales. Participamos en los “Consellos da Muller” de varios ayuntamientos, en plataformas feministas y en diferentes plataformas culturales gallegas.
—La Conferencia Episcopal Española. ¿Las tiene en cuenta o las ignora?
—Estamos empezando a ver cambios en esa relación. También es cierto que el Papa Francisco insta a las Conferencias Episcopales a que escuchen y atiendan nuestras demandas. Los cambios son muy lentos… pero se van produciendo.
—¿Y, concretamente, su obispo: el de La Coruña?
—La respuesta y sensibilidad es diferente en cada una de las cinco diócesis gallegas. En concreto, de la Archidiócesis de Santiago de Compostela recibimos poca respuesta. Pero sabemos que nos escuchan…
—¿Cuál es el impacto que causan entre los hombres —no sacerdotes ni religiosos— que se confiesan católicos?
—En los compañeros hombres la respuesta es muy positiva. Nos apoyan y alientan, participan en nuestros actos con la prudencia necesaria para escuchar nuestras demandas y no imponerse. Tenemos grandes aliados dentro de los grupos de Iglesia y parroquias a las que pertenecemos.
—En Exeria hay profesiones muy variadas; usted, concretamente, es ingeniera química y profesora de lo mismo. La gran pregunta filosófica: ¿cómo se conjugan Fe y Razón?
—Ese es un conflicto ya superado ¿no? Tenemos ojos para ver, cerebro para entender y corazón para mirar más allá. El que se queda sólo en el entender se pierde la mitad de la fiesta que es la vida.
—Celebrarán un Sínodo en Roma este año de 2022.
—Las mujeres católicas de todo el mundo estamos en proceso sinodal trabajando cinco ejes: situación de la mujer; poder y participación; estructura y transparencia; vida sacramental y resistencia y esperanza. En octubre elaboraremos las conclusiones para presentar al Papa.
—¿Serán recibidas por el Papa?
—Es lo lógico.