Elegir bando

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— P U B L I C I D A D —

‘Elegir’ es optar, escoger entre varias opciones. Preferir a alguien o algo para un fin’. ‘Bando’ es un edicto que se hace público, originariamente de modo oral, por orden superior; también facción, partido, parcialidad, bandería. ‘Elegir bando’ es, pues, optar por orden superior (si se acata y se entiende como tal) entre facciones que pueden estar bien avenidas; o enfrentadas en forma civilizada o violenta para arreglo, apaño o gresca. Por ello, es necesario no fiar en entelequias y fijar características que definen tipos y banderas. Mejor: bases del sistema, Estado de Derecho, Democracia, Constitución e imperio de la Ley, que la temeridad de un muro izado sin definición formal, o algo parecido.

Aprovechada la TRANSICIÓN, mayúscula, que puso fin a la dictadura que siguió a la Guerra Civil, ahora el presidente del Gobierno pasa de ella y ha usado cinco días, de su tiempo y el nuestro, para, a cuenta de su situación personal y estado civil, revolver la historia, poner patas arriba lo que cree que estorba y decidir qué hacer. En principio, convocó a las doce de la mañana de un lunes, que abrevió a las once con el desliz ‘buenas tardes’ a esa hora de la mañana. Puerta del Palacio de la Moncloa. Sin preguntas, usó la ocasión y el VAR (Video Assistant Referee), que en el fútbol ayuda al árbitro, para en una acción política, marcar jugada y estrategia y, como juez, definir o revisar el lance supuesto (supo-nido: puesto en nido) del tema del momento: ‘Sánchez dimite o se queda’, que había aparecido, sugerido, con su visita extemporánea al rey a primera hora en la Zarzuela. Revisado el VAR y escenificada la posibilidad de un matrimonio enamorado con un cónyuge o dos dentro o fuera del gobierno, la información: Sánchez sigue, con más brío. Para afianzar la democracia, poner a periodistas y pseudoperiodistas en regla. Y, ¡hum!, para que los jueces ¡ay, ay, ay, ay!

De inmediato, alarma en prensa. En El Hormiguero de Antena 3, unos periodistas avisan del riesgo de opinar. En el telediario de TVE, Sánchez, en sesión de coba, baño y masaje, busca empatía, pero tuerce el gesto cuando una periodista pregunta por qué no aceptó preguntas tras cinco días reflexionando y no se interesa por las cartas de recomendación que pueda querer el juez. En un chat de periodistas, textual: Carazo ha echado por tierra el intento al citar la carta de recomendación de Begoña a favor de un licitador. Ha salvado dignamente el papelón. No estoy yo muy seguro de que conserve el puesto. Esta vez han tardado poco, llamaron para que quiten de en medio a Carazo. ¿De veras? Salía bufando. El problema fue que al poner a Fortes con Carazo, y Carazo hacer alguna pregunta incómoda, quedaron en evidencia. Fortes y Sánchez, claro. Salió bufando. Quien salió bufando. Sánchez.

Alsina, Carlos Herrera, Jiménez Losantos y los conductores de los programas de la mañana se unieron a la tónica general. Denuncia, opiniones y hechos que merecen cita: Fango y máquina de fango. Arruina las carreras de García-Page, Lobato, Yolanda y cía. Mantiene como deudos a Illa. Bolaños, chamuscados y saturados, en ministerios y direcciones generales. Enterrar pre e imponer la postverdad. Guiñapo. Captar bulos. Redefinir. Elegir bando de periodistas. Movilizaciones, pinchar adversas y apoyar propias. Pablo Iglesias ve ridículo a Sánchez. La necesidad, virtud. Frente a bulos, sin definir, jueces y Código Penal. Plan para interferir las elecciones Catalanas. Intimidación a Justicia y Prensa. Ciudadanos denuncia ante la Comisión Europea la encuesta del CIS. Koldo, Cerdán, Ábalos. Comisiones de investigación en Congreso y Senado. Globalia. Caso Begoña Gómez. Juan José Hidalgo. Wakalua. Pasta en riego. Imputación. Malversación, Prevaricación. Cientos de millones de euros. Pilar Rodríguez, Sánchez Conde. García Ortiz. Calviño, María Jesús Montero. Frío, ególatra, narcisista sin medida. Para remate, chistorra en Jai Alai y charla en la calle Balbina Valverde con una fuente atenta a las visitas que van a un piso próximo al Ministerio de Transportes para enjaretar cosas. Horas después, Huffpost recogió la conclusión de lo hecho por Pedro Sánchez con título del Financial Times: “Culpó a sus oponentes de la derecha como la raíz del problema y no reconoció su propia capacidad para escupir bilis”.

Para la prensa, los que escriben, dan opinión, se relacionan y viven, ojo con lo que apunta y puede que exija el presidente del Gobierno. No por rebeldía o afán de liberal, tras la Transición, para defender el sistema no es bueno, es atroz y va contra la razón y convivencia elegir bando.

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