Difícil entender lo que pasa en la política española. Muy difícil. El Parlament ya eligió al President de la Generalitat, Quim Torra. Pero hay otro President o ex o lo que quieran, que decide en Berlín llamado Puigdemont. Allá fue rápido y raudo el tal Torra a dar novedades al Puchi. Luego manda y decide. Y Mariano en Madrid. ¿Qué hace Marino Rajoy? Nada. Bueno sí, mantenerse en el poder en cuanto apruebe los Presupuestos Generales retrasados. Aunque explote Cataluña. Le da lo mismo. Él quiere estar en el poder y presumir de presidente. ¿Por qué no impugnó ante el Constitucional el voto delegado de Puigdemont y Comín? Eso se pregunta España y su propio partido. A bastantes de sus compañeros del PP no le ha gustado nada la ‘pasada’ de Rajoy. Nada. No lo entienden. Y ya hay reuniones con ganas de sustituirle. De gente importante. Cuidado Mariano, te la estás jugando.
Vamos que Mariano puede pasar a la historia como el presidente que permitió la independencia de Cataluña. Si nadie lo impide. Mariano quiere seguir en la poltrona de Moncloa y para eso necesita los Presupuestos. Y para aprobar los Presupuestos necesita el voto del PNV. Sus cinco votos. Los vasco son los ganadores. Por mantener la silla de Madrid siempre hemos sufrido que se lleven la pasta o Cataluña o Euskadi. Siempre lo mismo desde el pasado siglo. Al oeste que le den. No existe. Así que los vascos se llevan la pasta, al oeste de España y esta vez también a Cataluña que le den sopas y Mariano sigue en su sillón de La Moncloa. ¡Oléééé! ¡Bravo Mariano!
Ya tenemos a un tipo fascistoide y xenófobo, Quim Torra, en la presidencia de Cataluña a las órdenes de Puigdemont. Los progresistas y liberales catalanes, además de todos los intelectuales que apoyan el golpe de Estado Catalán, no tienen nada que decir. Se supone. Nada que opinar. Pues seguimos, que Mariano así lo quiere. Y la CUP, que dicen ha impuesto al Torra en pacto secreto con Puigdemont. Y ERC, “nosotros votamos al que pongan, aunque no sepamos cómo se llama”; “ya tenemos el pacto y queremos Govern” aseguraba Tardá la pasada semana en el patio del Congreso. La sumisión de ERC inquieta bastante en la política española. ¿Qué nos queda para tenerlo todo? La alcaldía de Barcelona. A por ella. Queda un año. Y dicen por una ladera del Llobregat que la aspirante que impondrá Puigdemont será Elsa Artadi. ¿La misma que se negó a ser candidata a President? La misma. Pero no se negó, cuentan sus amigos. Ya estaba el reparto hecho. Tú para alcaldesa, Artadi, le dijo el expresident. Claro que para entonces… lo mismo está en la cárcel. ¿Entonces? Veremos, dijo el ciego… y el juez Llarena. Veremos si llega antes a la cárcel o a la alcaldía. ¡Uff! Lo tendrían todo.
Todo, Mariano. Por negarte a impugnar —con argumentos jurídicamente discutibles—, el voto delegado de Puigdemont y Comín. Tú querías Govern y adelante. Pero este hombre de paja de Puigdemont representa el mayor fracaso del Gobierno y el tuyo, Mariano. Habrá Govern, se levantará el 155 y la situación política de Cataluña estará peor que ahora, porque habrá una réplica en Berlín con el Consejo de la República que dirige Puigdemont y ya tiene vida en Twitter. ¿Tanto jaleo para esto? Estamos peor que antes, Mariano, aunque te ayude Pedro Sánchez, ya que no sirve para otra cosa.
Torra durará poco. Habrá elecciones anticipadas. ¿Volverá el 155? Vueltas y vueltas a la noria y siempre en el mismo sitio. Y sin sacar agua. Sin sacar una solución de futuro para Cataluña. “El futuro es el diálogo con el Estado. No queda otra. Y entendernos” asegura Tardá. ¿Diálogo esta legislatura, la próxima, con otro Gobierno en Madrid? “Demasiado pronto. Habrá que esperar más” matiza Tardá. ¡Cuán largo me lo fiáis, amigo Tardá! De momento Puigdemont le ha ganado a Mariano. O lo que es lo mismo, Rajoy ha vuelto a perder en Cataluña, pero no es igual. Porque continuará el enfrentamiento, la crisis institucional y la imposibilidad de diálogo que tanto reclaman los independentistas.
Estamos al final. España fermenta. Mariano Rajoy continúa, pero cojeando. Aprobar los Presupuestos es una derrota más para Mariano porque son varias victorias para el PNV. Mal final. Final de época. Nivel político bajo mínimos. Sólo importa mantenerse en el poder. Aunque el poder esté corrupto. Como dice un viejo y sabio político “no me gusta lo que veo, pero no veo nada mejor”. No hay oposición. No hay un líder político que ilusione. Fin de trayecto.
Estoy de acuerdo con el contenido del artículo y lo suscribo totalmente. La cuestión es el «porqué» de este esperpento, porqué no se ponen los muchos resortes del Estado (no del gobierno) en marcha. Esa pregunta viene quedando sin respuesta porque, a lo mejor, nos llevaríamos sorpresas. Es el Parlamento de la Nación quien debería tomar la palabra y la iniciativa pero ¿donde está el Parlamento? No es al TC a quien le toca resolver una situación haciendo encaje de bolillos con legislaciones que están enfrentadas «legalmente» por la C.E.
Hay solución pero, insisto, por alguna razón no conviene y creo que va más allá de la aprobación de los presupuestos. Es tan simple como preguntar al Sr. Pujol a qué «pajaritos» se refería cuando dijo que podrían caer de las ramas si éstas se agitaban. Eso para empezar. Luego todo consiste en ceses y destituciones por deslealtad de unos servidores del Estado al Estado que los ha puesto ahí, que somos todos los españoles. En cuanto se corte el grifo de los sueldos, dietas, subvenciones, etc. y pierdan el sillón (que es perder todo) ya veríamos… Un saludo.