El acuerdo no es PSOE-Podemos sino Gobierno-Podemos. Una muestra clara de esa visión patrimonial de las instituciones que tienen las izquierdas.
Los ‘podemitas’ venden como un éxito lo que han “arrancado” al gobierno Sánchez. En realidad, es el abrazo del oso. Y además, gratis total.
Porque lo aprobado hoy no es sino un proyecto de le que debe de ser aprobado primero por Bruselas. Y es duda que Europa admita unas cuentas con más de 5.000 millones de gasto adicionales que no se compensan con la ‘tasa Tobín’ y la subidas de impuestos a las rentas de más de 130.000€ que lamentablemente son muy pocas. No es extraño que el FMI no se crea la de la mitad…
Si llegara a pasar el filtro comunitario, todavía debería de pasar el control del Congreso y Senado. Y a pesar de las florituras parlamentarias del PSOE, el Senado existe y tiene derecho de veto. Y es popular en su mayoría absoluta.
Así que lo aprobado este jueves puede quedarse en un ‘veremos’. Pero de momento, la foto no se la estropea nadie…
¿Y en qué consiste lo aprobado? Lo primero, una subida del salario mínimo interprofesional del 22% hasta los 900€. Esta es la buena porque la pagan los empresarios, así que el gobierno se hace la foto del bueno y el dinero lo ponen otros.
No sólo lo ponen otros sino que al estar indexada las cotizaciones a los salarios, la Seguridad Social ingresa más. Sube el impuesto al trabajo, exactamente lo contrario de lo que necesitábamos.
Pero para la parroquia buenista de todos los partidos, suena genial. Sólo que es más que probable que la senda de creación de empleo que ya se estaba ralentizando se frene. Y es también bastante probable que muchos empleos que estaban en un ‘ay’ acaben en un ‘out’…
Se cumple la paradoja de que protegiendo al débil se termina desprotegiéndole. Lo mismo pasa con los alquileres. Pretenden reformar la ley para que el contrato mínimo pase a 5 años en el caso de las personas físicas y a 7 en el caso de las jurídicas. Períodos mayores que muchos matrimonios…
Y lo peor es que pretende dejarse en manos municipales la fijación de un precio máximo. ¿Nos hemos vuelto locos? ¿funcionarios interviniendo en la fijación de precios?, ¿es que no es suficiente con la experiencia de Venezuela o Cuba? Si finalmente se lleva a cabo esta medida ya les adelanto las consecuencias: los precios se correrán a los máximos, habrá mercado negro, se reducirá todavía más la oferta y muchos inquilinos tendrán que emigrar a las periferias.
Y como no podía ser menos, el toque feminista: reforma del Código Penal para que si una mujer no consiente expresamente una relación, el hombre incurra en delito. ¿Habrá que ir a la cama con notario?, ¿pero esta gente de dónde ha salido?
Y otro guiño feminista: Las bajas de maternidad y paternidad no se podrán disfrutar simultáneamente para “acabar con el modelo tradicional”. ¿Pero estos ingenieros sociales de qué van?, ¿y si el padre y la madre deciden disfrutar juntos de su bebé?, ¿Quién es nadie para meterse en la organización familiar?
Lo peor es que aunque el presupuesto no pase, las medidas comentadas —que no tienen impacto presupuestario— podrían aprobarse por fuera. Caminamos hacia una sociedad liberticida, crecientemente totalitaria e intervenida. Disfruten lo no votado.